domingo, 8 de enero de 2012

LA IMPORTANCIA DE LA AMISTAD

LA IMPORTANCIA DE LA AMISTAD

      Relato finalista en el concurso de relatos de Invierno 2011 del diario Ideal


      -Antoñito ¿has escrito la carta a los Reyes Magos?- le preguntó Marisa a su hijo de siete años.
      -No- contestó el niño
      - y ¿a que estás esperando? Ya es quince de diciembre, los Reyes tienen que preparar los regalos para poder luego repartirlos…
      - No voy a escribir ninguna carta- contestó Antoñito enfurruñado.
      -Entonces lo mas probable es que los Reyes piensen que no quieres nada este año y no te traigan cosa alguna.
      -Es que no quiero ningún juguete mamá.
Marisa se aproximó a su hijo, le miró a los ojos con preocupación y acariciándole el pelo con cariño le dijo: -¿Qué tienes mi niño? ¿Por qué no quieres ningún regalo de los Reyes?
      -Porque no me servirían para nada.
      -Pero si tú soñabas con una bicicleta…
      - Un bicicleta es inservible si no tienes un amigo que te acompañe en tus paseos, un amigo con quien hacer carreras- contestó el niño
      -Pero ¿y el juego de la videoconsola que tanto deseabas?
      -No es divertido jugar a la videoconsola solo, sin nadie con quien competir y reirte-
      -¿ y el balón del Barcelona? ¿y el Monopoly? ¿Y el garaje lleno de cochecitos?....
      - Mamá, no sigas, no voy a pedir nada. Yo solo quiero que vuelva Santi, y como sé que eso no es posible, no necesito ningún juguete. Me aburriría jugando solo.
      Marisa quedó desolada al oír las palabras de su hijo. Hacía ahora un mes que su amigo Santi se había marchado a vivir a otra ciudad. A su padre le habían trasladado en el trabajo y no se sabía si volvería algún día.
      Antoñito estaba desde entonces muy triste, iba al colegio, hacía sus deberes, pero no jugaba con nada, le faltaba su amigo, ese amigo al que había calificado como “amigo para siempre”, y ahora resultaba que ya no le iba a volver a ver mas.
      Marisa creía que con la Navidad y la llegada de los Reyes, Antoñito iría haciéndose a la idea y que con los regalos nuevos conseguiría acostumbrarse a la ausencia de Santi, pero no parecía que eso iba a suceder.
      El día de Nochebuena, Marisa estaba preparando la mesa para la cena, los abuelos y los tíos no tardarían en llegar. Antoníto había aceptado vestirse con camisa y corbata para no contrariar a su madre, pero no tenía ganas de fiesta y mucho menos de ver a sus dos primas tan “repipis” como siempre. Si Santi hubiese estado, la cosa hubiera cambiado, pues hubieran ideado mil bromas para fastidiarlas y se habrían reído de lo lindo.
      Sonó el timbre.
      -Antoñito ve a abrir, serán los abuelos- dijo su madre.
      El niño se dirigió con desgana a la puerta y la abrió. Lo que vio le pareció una alucinación. Allí delante de él estaba Santi, con una risita picarona, que le decía: -¡Hombre no era necesario que te pusieras tan elegante para recibirme!-
      Se abrazaron y comenzaron a hablar a la vez. Antoñito preguntaba que cómo era posible, Santi explicaba no se que de una plaza aquí para su padre. Los dos estallaron en carcajadas. Al oír semejante barullo, Marisa fue a ver que pasaba y allí contempló la importancia que la amistad tenía para aquellos dos niños, que continuaban abrazados y parloteando sin parar.
      En ese momento Antoñito se volvió a su madre y le dijo: -Ya tenemos los dos el mejor regalo de Navidad, mamá, Santi ha vuelto para quedarse …. Pero ¿tu crees que aún tenemos tiempo para escribir la carta a los Reyes Magos?.


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2 comentarios:

  1. parece qie ya no hay problema para hacer comentarios o no?

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  2. Gracias por pasar silenciosa por mi blog y hacerte seguidora. Bienvenida a mi pequeño espacio. He visto tu otro blog, muy bonito. Pero allí no te pude poner comentario. Me gusta lo que haces y preciosa la iniciativa de los corazones solidarios.
    Un abrazo.

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